De pequeñita siempre pensaba que las historias relatadas en las revistas y libros de algún modo eran ciertas.
Los cuentos de hadas, de princesas, las novelas que leía de las revistas Tú, Vanidades y Buenhogar me hacían imaginar absolutamente todas y cada una de las secuencias que se vivían impresos en el papel.
Es interesante como uno puede de pronto trasladarse a ese mundo en donde solo el buen lector entra y forma parte de la historia. Estoy segura que muchos de los que hoy escriben al menos algo, se convierten en lo que se relata en una historia.
Me encantan mucho sobretodo las historias en donde la protagonista hace cambios en su físico y aunque no quiera (queriendo) llama mucho la atención.
Es interesante cuando en algunas secuencias la protagonista se ha vestido con un traje nuevo o algo diferente (como el de una chica que se vistió con una especie de sacón grueso y largo y después no se podía ni mover y luego frente al espejo comienza a reírse por como se ve) y he sentido exactamente como ella.
He llorado, reído, temblado de miedo, he sentido el aire frío en mi nariz, he sudado incluso y hasta agitado debido a ciertas secuencias de la trama, he sentido el dolor, la angustia y el placer, pero nunca la muerte.
Algo que de verdad me molesta en una historia sea de amor o cualquier otra es la muerte de alguien y sinceramente lo odio, no me gusta, por eso no me gustan los finales felices ya que en mi opinión personal un final feliz sería más o menos como el fin de algo malo y solo lo bueno queda, pero igual no es muy de mi agrado cuando dicen algo así ya sea en la vida real o en cualquier historia.
Una de las cosas que me gusta mucho cuando escribo es que cuando empiezo a hacerlo no puedo detenerme ya que las secuencias aparecen de pronto como si fuera una película que estoy viendo.
Me agrada y me fascina demasiado ver a través de la imaginación y recrear cosas que no han ocurrido y pienso de algún modo que a lo mejor los sueños que tengo se debe incluso a las cosas que me gustaría vivir, pero el detalle está en que hay cosas que ocurren sin que yo tenga un control sobre ellas salvo el que evite ciertas situaciones y es allí cuando me doy cuenta que algunos de mis sueños no tienen nada que ver con mi imaginación y simplemente ocurren.
Por ejm la historia que estoy creando tiene protagonistas reales con otros nombres y que han formado parte de mis días y otros son totalmente desconocidos y nuevos, pero mi duda está en si será bueno poner sus nombres reales al final de la historia (he pensado que si aunque me den con un látigo)
Lo bueno de todas aquellas personas que estarán dentro de esta historia es que en la actualidad forman parte de mi vida y justamente por eso les dí un pequeño espacio en mi historia, pero ¡ta-ta-ta-taaaán! como esta secuencia aún no ha concluido seguiré añadiendo más personas tan increíbles como las que ya están y al final veré quienes se quedan y quienes talvez no.
Hasta se me ocurrió poner una mascota pero voy a ver si se queda o también se va.
La historia tiene parte real y parte ficticia y no se da en este país.
Y si, es una historia de amor, con algo de acción, intriga y muchos baches (personas malvadas) que harán hasta lo imposible porque esta historia no llegue a buen puerto.
¡Ja! Incluso no se manejar auto pero que bien manejo en esta historia.
Y como ya dije, mi imaginación va más allá incluso de lo que yo misma pueda suponer.
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