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  • Foto del escritorpayslusa

Tienes la llave, Úsala.

¿La oración en realidad tiene PODER?

En serio ¿Dios escuchará las oraciones, súplicas y peticiones?

¿Contesta Dios en verdad las oraciones?

Aún para las personas escépticas en este campo en ocasiones muy bien recordadas por algunos, esto ha tenido un efecto de creencia apartir de alguna experiencia personal.

El eje principal siempre ha tenido que ver con alguna situación difícil que se haya tenido que atravesar ya sea por un familiar con un estado de salud precario, la falta de alimentos, una decisión difícil de tomar y un millón de etcs. más.

Urgando en experiencias que me atañen de algún modo está la oración que hizo mi madre cuando yo aún tenía 3 años de edad y de la cual ella me contaba en reiteradas ocasiones a petición mía.

Ella estaba embarazada de mi hermano y el doctor no le auguraba la sobrevivencia de ambos, por lo cual ella tendría que elegir si dar a luz aún corriendo el riesgo de perder su vida o perder al bebé.

Según sus propia versión fidedigna, me contaba que nunca dejó de pensar en mí bajo aquella difícil circunstancia por lo que optó por hacer una súplica fervorosa.

Dentro de aquella oración le pidió a Dios que pudiese dar a luz y vivir para cuidarme, pues dentro de su propia idea estaba el hecho de que si ella fallecía lo más probable sería que en un futuro no muy lejano mi padre se comprometería con otra mujer y mi vida a largo plazo no sería muy halagueña que digamos.

Mi madre era un poco fatalista aunque también tenía mucho de realista pues por lo general cuando un hombre pierde a su esposa en la muerte o se divorcia busca rápidamente sustituir la pérdida o buscar reemplazo.

El doctor no le dió muchas esperanzas de sobrevivencia después del parto pero respetó su decisión de hacer el intento por dar a luz en parto normal.

Como ella misma me contó, fué extraño lo que le ocurrió después, pues una extraña fuerza se apoderó de ella y pudo dar a luz y lo más saltante aún fué que ella sobrevivió al parto.

A mí me encantaba que me contara una y otra vez esta experiencia sobrenatural pues me hacía creer que Dios oye sin duda las oraciones y lo que es mejor: las responde.

Personalmente le he hecho muchas oraciones a Dios y todas me las ha respondido sin dudar aunque en ocasiones la respuesta en sí no me haya gustado he tenido que aceptarlas.

Una de esas tantas oraciones sentidas las experimenté al lado de mi madre quien con un cáncer terminal me afligía la idea de que pudiese sufrir de dolor pues ya había tenido la experiencia de familiares y amigos que habían muerto de manera dolorosa.

En las noches a oscuras le rogaba a Dios con lágrimas en los ojos específicamente 2 cosas: Que mi madre no sufriera y que me diera fortaleza.

¿Oyó mi oración?

Sí.

¿Contestó mi oración?

Por supuesto que sí, ¿Cómo lo sé? Porque aunque a ella le habían recetado pastillas para el dolor y aunque tomó algunas, 2 semanas antes de su fallecimiento no tomó ninguna.

¿Me dió fortaleza?

Sin duda y más de la que podría imaginar.

Uno pudiese pensar que solo bajo ciertos aspectos desesperantes se debe hacer una oración a Dios pero esto es totalmente erróneo ya que pedir por la felicidad de otros también es apropiado.

Personalmente disfruto mucho mi vida cuando sé que mis oraciones son respondidas y aunque no todas son como yo las desearía al menos tengo la completa seguridad que tal y como recibo la respuesta será lo más apropiado para mí y sin duda me irá mejor.

Y si, la oración en verdad: ES LA LLAVE QUE ABRE TODAS LAS PUERTAS.



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