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Foto del escritorpayslusa

Este secreto que tienes conmigo

Es un poco difícil para mí no escribir al respecto de esta magnífica película en estas épocas en las que la reflexión en sentido espiritual es más intensa que nunca (en realidad bromeo pues los del tipo espiritual son muy pocos, la verdad)

Aún recuerdo vívidamente cuando de pequeña mi mamá me llevaba al cine en aquellas épocas de semana santa, el elegido en cuestión era el majestuoso "Metro" (no el de los precios bajos, ese es otro metro)

Por lo general era una cola larguísima que daba la vuelta a aquella manzana pues todos nos habíamos dado cita aquel feriado de viernes así como hoy.

Desde que tengo uso de razón al entrar a un cine no compro para comer dentro, ni tampoco soy de pedir, en cambio mi mamá si, ella compraba su Coca-Cola helada y para que yo no me antoje (o no le pida dentro) me pedía igual.

¿No entiendo cómo pueden comer viendo una película?

Juro que lo he intentado y simplemente me atoro y me pongo a toser y a estas alturas ya sé porque.

Cuando veo una película me gusta concentrarme en la trama, pues para eso he pagado un monto y no para comer ya que para eso están los restaurantes, fuentes de soda o similares.

Me revienta cuando en plena película suenan los snacks y se oye cuando la gente balbucea y hasta se oye cuando lo hacen con la boca llena.

¿O van a comer o centrarse en la película?

Deberían de prohibir comer dentro pues el ruido distrae.

Si este comentario lo pusiera por la red social de hecho segurito, segurito, tendría comentarios negativos por mi forma transparente de expresarme con respecto al fastidio que me genera.

¿No sé qué es peor, que coman o que ensucien todo el recinto?

Yo que Messala, sí, el de la película, me saldría de la pantalla para darle de latigazos a todos esos comelones compulsivos.

Una vez dentro con boletos comprados y hasta recomprados en ciertos casos apagaban la luz.

Mi sitio preferido: el centro, ni tan, tan, ni muy, muy.

La época de Jesús quien resulta era contemporáneo con Judá Benhur y Messala (interpretados magistralmente por Charlton Heston y Stephen Boyd) era la antesala o entrada de esta película.

Confieso que a pesar de que Messala era el malo de la película me encantaba ¿Porque?

Me gustaba mucho su físico y su seguridad, pero lo malo era su arrogancia.

Soy de las personas que está segura que todos tenemos nuestro lado malo o lado oscuro y que siempre cogeamos por ese lado imperfecto.

El gran detalle es que a algunos les encanta su lado oscuro y no piensan dejarlo por nada.

Se dice que esta película tenía connotaciones homosexuales y debe ser porque si uno se fija bien en esta parte de la película (ver foto) se dará cuenta que Messala le lanza una miradita de: Oe, esteee, te acuerdas cuando niños, hmmm, después de estas copitas hay que arrinconarnos por ahí para recordar los viejos tiempos peee...(claro todo esto en el idioma inglés de la película, a lo secreto en la montaña aunque la verdad ni he visto pero alucino)

¡Ay Patty, tú y tu imaginación deben darse a la reflexión porque está muy mal lo que estás escribiendo! (me dice mi conciencia)

¿Que parte de la película me gustó?

La de los caballitos, todos blanquitos ellos y con nombres de estrellas y también cuando están en plena carrera.

También me gustó esa parte en la que Benhur salva al Cónsul y así él logra llevar a cabo su venganza.

Claro, la venganza no es buena bajo ninguna forma y no le hace bien a nadie, eso es totalmente seguro.

La verdad, no estaría nada mal que me pasaran un poco del vino que toman estos 2 formidables actores quien a juzgar por toda la película les valió en verdad todos los Óscars que recibió.



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