Me encontré en un lugar que no era mi casa pero estaba muy apresurada por llenar mi recipiente vacÃo por lo que al acercarme a un
estante cogà una bolsa de azúcar y llené el recipiente con él.
Por cierto, el azúcar era blanca y no habÃa cuando terminara de llenar el bendito recipiente, hasta parecÃa que la bolsa parecÃa engordar más pues no habÃa cuando aquella bolsa terminara de vaciarse.
Me da risa continuar pues como ya el recipiente estaba lleno me eché el resto de azúcar a la boca y parecÃa esa ardilla que se pone la avellana en el hocico y se le infla los lados.
¡Que barbaridad!
Al final me desperté de manera abrupta pues tanta azúcar me despertó en el acto.
Faltan: 3, 2, 1...
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