Poco a poco se van estableciendo nuevas fechas para la vacunación contra el Covid19 partiendo desde las personas de la tercera edad cronológicamente en retrospectiva.
Para mucha gente (me incluyo) esto es un verdadero avance en cuanto a medicina se refiere pues en tiempo récord se logró crear una vacuna que nos ponga una especie de barrera cuando nos amenace el virus.
Poniéndolo como ejm. es como si nos enfrentáramos a un horrible monstruo que nos quiere aniquilar como sea pues su objetivo principal es acabar con todas nuestras defensas posibles y al final darnos una estocada sucumbiendo ante su poder aniquilador.
La vacuna como ejm vendría a ser un yelmo o también podría llamarlo una vestidura completa con casco además de un escudo.
Aunque aquel horrible monstruo (Covid19) pueda herirnos debido a su poder, la vestidura completa (vacuna) nos permitirá resistir su potente fuerza y aunque de algún modo se pueda sentir sus efectos, no serán letales como cuando estábamos sin ninguna defensa de por medio.
Tengo una amiga en provincia que justamente debido a la falta de vacunas está atravesando el peor de los momentos junto a su familia.
Sus padres recién se iban a vacunar pero fueron afectados por este virus malévolo que los tiene no sólo confinados en su hogar sino que además están atravesando una situación bastante difícil, incluso el padre de mi amiga se encuentra en el hospital recibiendo toda la ayuda posible esperando su óptima recuperación.
Mis amigas y yo nos sentimos super afectadas con la noticia pero lo bueno de todo es que podemos animarnos através del hilo telefónico o del whatsapp.
Debo reconocer que la tecnología nos ha acercado virtualmente a los que más amamos aunque esta pandemia nos haya alejado físicamente hablando.
A pesar de la preocupación mantenemos el ánimo por encima de lo que cualquier virus letal pueda pretender de manera contraria, sumado a la gran ayuda que Dios provee através de la oración sumado a la generosidad que se pueda brindar.
El virus aún no me ha tocado (eso creo) y dependiendo de lo que Dios disponga esperaré confiada la bendita vacuna, aunque no voy a negar que estoy agradecida a este virus también por todo lo bonito que me ocurre en este instante y puedo tomar como mío ese dicho que dice: "NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA"
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