Abracadabra

Si, nací dormida y es que una de las novedades del momento del alumbramiento fué ese detalle en particular, pero el doctor que lo tenía todo bajo control me sujetó con sus grandes y toscas manos con guantes y ¡plaf! me dió un golpe que me arrancó un llanto desesperado y me imagino que doloroso.

Mi mamá en cama observando la escena me imagino que le habrá dolido también y es que dicen que las madres tienen esa enorme capacidad de sentir el dolor de sus hijos y la verdad no lo dudo.

Mientras me observaba el doctor (aún antes de golpearme) le mencionó a mi mamá el tamaño de mis ojos y le dijo mismo Nostradamus:

-¡Tendrá ojos grandes!

Además añadió: y será alta o al menos no será de baja estatura.

Bueno, al menos con mi metro sesenta y dos aunque en mi libreta militar figura metro sesenta igual me siento satisfecha, aunque la verdad siempre quise medir metro setenta.

Mis ojos café que tienen además de redondos un brillo especial para quienes han tenido la fortuna de verlos de cerca e incluso se han quedado con ellos en la memoria, me encantan.

Claro que también en un tiempo quise tenerlos azules pero eso era prácticamente imposible dado la genética de mis padres.

Creo que de algún modo me siento afortunada aunque creo que ésta no es la palabra pero si digo que tuve una bisabuela del color del café entonces no sé, no me imagino más oscura que el color de mi piel pero esa vendría a ser la consecuencia de tener abuelos maternos, al menos mi abuela, tipo blancones.

Mi cabello cuando nací era ondulado y al correr el tiempo se volvió grueso y lo mantenía sujeto o corto.

Mi personalidad inquieta y curiosa no daba indicios de cometer locuras pero si digo que está bien que no haya tenido una hija la verdad, no le hubiese creído lo que me dijera porque me hubiese hecho unas y yo ni enterada.

Confieso que nunca me consideré fea bajo ninguna circunstancia pues este físico me ha dado muchas satisfacciones personales.

Ocurrente y divertida es mi definición personal, con carácter fuerte y voluntad para hacer cosas sin que me las pidan, porque considero que cuando me piden hacer algo me aburre y lo hago sin ganas.

Soñé desde muy niña ser escritora de un libro a la vez que una famosa pintora a la altura de Vangogh (al menos escribo y dibujo, aunque puedo pintar)

Me encanta hacer maquetas, no sé porque pero al menos le doy a las manualidades.

Una de las tantas satisfacciones que disfruté fué escapar de los profesores en horas de clase.

En ocasiones ser envidiada por ciertas habilidades personales también cuenta pues aunque parezca increíble ese detalle eleva el ego.

No depender de nadie humano y resolver mis problemas sola siempre ha sido una de mis marcas personales.

Reconozco que me han ayudado personas si, pero por lo general veo como arreglarmelas sola.

Cuando me enfado lo hago de verdad y no se me pasa al instante.

Juro que extraño en este momento un buen plato de tallarines rojos con sus papas a la huancaína y su limonada Frozen.

Era una bebedora compulsiva de gaseosa y hoy le tengo asco.

Mi color favorito EL ROJO me define por completo y cuando lo uso la definición es en su totalidad.

Cuando uso otros colores y no el ROJO siento que no soy yo y me falta algo.

Confieso que en algún momento de mi vida hubiese querido ser bailarina de un cabaret o algo asi.

Me hubiese encantado pintar a un hombre desnudo (claro que una cosa es ver hombres desnudos pero pintarlos o dibujarlos es otra cosa) pero considero que aún puedo hacerlo, cualquier voluntario será bienvenido, prometo portarme bien.

Si llego a lograr mi sueño no será por mi mano sino porque así tenía que ser y de lograrlo, prometo que lanzaré al menos un libro y pintaré un cuadro pero no será un paisaje, ni un animal, ni un bodegón pues considero para mí misma que eso es fácil de hacer.

Aún recuerdo las palabras de mi madre cuando un día me dijo: "Quien como los padres que conocen bien a sus hijos porque yo aún no conozco a la mía"